domingo, octubre 29, 2006

Aló Aló!!


Los ring tones han invadido nuestra vida y en muchos casos el comportamiento, la irrupción masiva de los teléfonos celulares ha ido modificando las reacciones de quienes los usan. Poseer uno de estos aparatitos es casi cubrir una necesidad básica y se ha transformado en un elemento imprescindible.
Antes cuando solo teníamos un teléfono en casa y nos llamaban y no estábamos, daba lo mismo la llamada, nunca te enterabas que te hubiesen llamado a no ser que volviesen a hacerlo; si el teléfono sonaba y sonaba y no alcanzabas a contestar daba lo mismo, ya volverían a hacerlo, o quizás estaba equivocado, el no saber quien te llamaba no provocaba preocupación, a no ser que seas un neurótico perseguido!!, y lo que es mejor, no te sentías obligado a devolver la llamada no quedaba una "llamada perdida". El trasfondo de una llamada perdida ahora es la curiosidad, te haces miles de preguntas que quieres dilucidar en el momento, y mayor curiosidad surge aun cuando el numero telefónico no lo tienes registrado en tus contactos ¿Quién será? ¿Qué querrá? ¿Qué habrá pasado?, de inmediato devuelves el llamado como si fuese una obligación, muchas veces es un número equivocado o era un llamado sin importancia, en esas instancias se siente casi una desilusión pero con alivio de haber despejado la inquietud de la duda. Por otro lado si haces una llamada y no es contestada surgen otras interrogantes ¿Qué le habrá sucedido? ¿Por qué no contesta? ¿No me quiere contestar?... nuevamente un estado de desasosiego, porque no se tiene el control sobre el otro (en casos extremos supongo), y porque no hay certezas en ese momento (creo que el mayor temor del ser humano es la duda y la incertidumbre, como una conclusión extrapolada del tema).

Otra situación se vive cuando se tiene el celular apagado o cuando se ha olvidado traerlo consigo, aparece una sensación que se podría estar perdiendo de "algo" o que falta parte de ti, el celular es ya como un apéndice (no por menos los personalizamos con distintas carcazas, ring tones, fondos de pantallas…) , y si escuchas un ring a tu alrededor inevitablemente de modo reflejo tiendes a buscar tu aparato (aunque sabes que no lo estas portando), y la angustia aparece porque no estas ubicable ni disponible para atender alguna demanda. Esta sensación ha aparecido luego de que se ha instaurado una cultura de acceso a la inmediatez, obviamente la idea de la inmediatez es que ahorremos tiempo para tener mas de ocio, pero al fin y al cabo ese ahorro se traduce en mas demandas que se demoran menos tiempo en llegar (suena paradójico) esto es gracias a la ubicuidad que nos ofrece la tecnología, no soy enemiga de la tecnología es mas me encanta, pero creo que puede llegar a ser dañina si no se es conciente de las consecuencia que puede acarrear si nos volvemos totalmente dependiente de ella.
Un dato no menor es que hay cerca de 10 millones de celulares en Chile (INE 2006) esto es un equivalente a casi un 61% de la población total. Si mis reflexiones afectaran a toda esta población por igual no debiera generar extrañeza que estemos viviendo con una poblacion estresada.

sábado, octubre 28, 2006

cambios

Los objetos han ido modificando nuestros gestos y a veces nos acomoda tanto que no nos damos cuenta cuando ya los asumimos como obvios. Las cámaras digitales son un buen ejemplo de cómo han generado este cambio, ya no adoptamos la posición de "fotógrafo" con un ojo cerrado para mirar por el visor ni sacamos cálculos para ajustar la obturación o la abertura del diafragma. Ahora solo vasta con mirar por la pantallita de las cámaras digitales para tener de modo automático una visualización de la reproducción, ya no es necesario esperar el revelado para cerciorarse de que el congelado de un instante haya quedado como lo pesamos o recordamos, ya no es necesario pasar por ese tiempo de incertidumbre.

La posibilidad que nos ofrecen las cámaras digitales de solo guardar lo que nos gustó, de hacer la selección de una imagen en el momento de la toma es una de las tantas bondades que nos ofrece, pero esta nos ha vuelto mas ansiosos, a penas sacamos una foto queremos ver de inmediato la reproducción como si el tiempo se fuese acabar en el próximo segundo, quizás sea para poder tomar raudamente una nueva toma si algo no sale bien y alcanzar a registrar el momento antes que se fugue. Tomamos fotografías a todo porque tenemos la posibilidad de guardar un respaldo casi al instante para seguir sacando mas, ya no pensamos tanto la fotografía que nos gustaría tomar porque ya no tenemos un rollo con 36 tomas que cuidar, ya no solo tomamos fotos para los paseos, cumpleaños, matrimonios, nacimientos, premiaciones, etc, etc; para esos momentos que por lo general genera una reunión de amigos o familiares y que por tratarse de casos especiales los queremos recordar, registramos todo como si nuestra memoria fuese a dejar de funcionar en cualquier momento y no pudiésemos recordar, tomar fotografías se ha tornado casi en una necesidad (quizás exagero un poco!).

Me pregunto si se revisaran todas las tomas que se han realizado, si se muestran cuando hay visitas en casa, si se hacen cometarios remembrando el momento registrado… solo creo que tenemos un nuevo afán por almacenar y atesorar estas imágenes con las que nos sentimos seguros de haber dejado un espacio del pasado testificado. De todos modos las compartimos pero ya no es de modo presencial si no que virtualmente, ya no se da ese cambio de comentarios en la reunión, ni vemos las expresiones en las personas que se reúnen a mirarlas, ningún tipo de comunicación física! La revisión de estas fotos de ha ido convirtiendo en un proceso mucho más individualista porque la realizamos en nuestras computadoras, avanzamos o retrocedemos con un click, con otro cerramos la ventana y las dejamos en el olvido, no son presenciales y latentes como en el álbum fotográfico ocupando espacio en nuestro entorno donde podemos recurrir en cualquier momento como un libro.

Me desvíe del tema, estaba comentando por el cambio de gesto, las cámaras digitales han evolucionado también y ya se ha asumido que mirar por el visor se convirtió en un acto obsoleto por ende los nuevos modelos los han eliminado, me pregunto ¿qué pasara cuando las pantallitas de lcd se echen a perder? ¿Seremos capaces de tomar buenas fotos pensando un poco y sacando cálculos como con las maravillosas cámaras mecánicas? O solo las desecharemos e iremos a una tienda por una nueva cámara digital que nos entrega sus resultados de modo automático "sin perder tiempo".

lunes, octubre 23, 2006

un cuento

To be.

Un hombre que pertenece a la serie que predomina, adelanta su reloj en cinco minutos, comenzando así su día futuro. Llegará cinco minutos antes (aunque en realidad ya son diez) a la fila para conseguir el tan preciado trabajo, y si lo obtiene será feliz, y tendrá dinero, y se esforzará, y todas sus esperanzas serán alcanzar la ingrata felicidad (que nunca está presente), y sin darse cuenta su vida la deja en sólo esperanzas.
Y tendrá y hará y rá, rá, rá. No se da cuenta si está, sino que piensa en el será y mira allá en vez del acá.
Al salir de su casa luego del después del ahora y antes aún, sin saberlo, aunque debió saberlo, es alcanzado por un misil pulverizador perdido en el espacio que no ocupa ningún cuerpo, que lo llevo a su realidad.